jueves, 14 de febrero de 2013

¿QUIÉN ES EL PSICOMOTRICISTA?


El/la Psicomotricista  (extraído de http://edupsicomotricidadinfantil.blogspot.com.es )

El psicomotricista es el profesional que se ocupa de abordar a la persona, sea cual sea su edad, a través de la expresión corporal y el movimiento, mediante los recursos específicos derivados de su formación. Su intervención va dirigida tanto a sujetos sanos como a quienes padecen cualquier tipo de trastorno, limitación o discapacidad, y su trabajo puede desarrollarse individual o grupalmente, en calidad de profesional libre o integrado en instituciones educativas o socio-sanitarias. Sus competencias se concretan en los siguientes ámbitos e intervención: 

   Diagnóstico: para la comprensión global de la persona mediante la aplicación de  instrumentos específicos de valoración, como son el balance psicomotor y la observación psicomotriz. 
   Prevención: Para detectar y prevenir los trastornos psicomotores o emocionales en poblaciones de riesgo y durante las diversas etapas de la vida, desde la infancia hasta la 3º edad.
    Educación: para facilitar la maduración psicomotriz en el marco curricular del centro educativo. 
   Intervención: como forma de actuación sobre trastornos psicomotores del desarrollo y alteraciones emocionales y de la personalidad, en función de un proyecto terapéutico realizado sobre la base de un diagnóstico. 
   Formación, Investigación, Docencia: Cuya finalidad es la capacitación para el desarrollo de la actividad profesional, la profundización en sus ámbitos de competencia y la transmisión de los contenidos ligados a esta práctica.

El Psicomotricista tiene que reunir algunos aspectos para su correcta función,  y quiero resaltar dos que a mi entender son de gran relevancia por lo que al niño puede transmitir:

1- El cuerpo del Psicomotricista
 
    El cuerpo del Psicomotricista es un verdadero organizador para el niño, tal como lo fué el cuerpo primordial de su madre en sus primeras experiencias con el mundo exterior. Es un objeto de identificación y un escenario sobre el cual el niño puede proyectar sus fantasías. Désobeau (psicomocitrista francesa), dice que el cuerpo positivo es el cuerpo revelado por el otro, de lo cual nace su potencial de riquezas sensoriales y su potencial de acción. También señala que "El niño vive intensamente el cuerpo del terapeuta y puede identificarse con él a través de las actitudes que él toma y él recrea, lo que le permitirá alcanzar algún día su propia identidad".

    El proceso de identificación con el adulto comienza a partir de un conjunto de estímulos: la presencia, el rostro, el gesto, el desplazamiento; los que forman complejos significativos en los cuales se proyecta el niño.

2- La actitud del psicomocitrista

"Soy mirado, luego soy", dice Winnicott, y señala que en el desarrollo emocional, el precursor del espejo es el rostro de la madre. Si la función materna es la adecuada, el bebé se refleja, se ve en el rostro y en la mirada de la madre. La calidad de la mirada del otro, en nuestro caso, la mirada del terapeuta psicomotor, legitima, da credibilidad, espacio y tiempo para experimentar. Si nuestra mirada no humilla, no critica, no fiscaliza, no va a significar al otro desde la impotencia. Si nuestra mirada acepta, permite, sostiene, espera, valora y alienta, le da al otro el espacio para ser en su cuerpo.  
    
Cuando Winnicott habla de las funciones maternizantes (a nivel metafórico) que el terapeuta debe poder brindar a su paciente, se refiere a una actitud terapéutica de respeto, continuidad, sostén, cuidado, sintonizada con las necesidades del paciente. Y que no supone de ninguna manera, la simpatía, el consejo, ni la condescendencia. Ser empático también puede significar conectarse con las necesidades de frustración y de límites. Un aspecto importante de esta actitud terapéutica es no ser intrusivos. Siendo empáticos nos conectamos con la necesidad del paciente. Siendo intrusivos nos conectamos con nuestra propia necesidad.

En una sesión de psicomotricidad, el Psicomotricista tendrá en cuenta las siguientes cuestiones:

- Tendrá que desempeñar varios papeles durante las sesiones y tras ellas. 
- Hará de observador de todo lo que pasa en la sala durante la sesión para, de forma sistemática y lo más objetiva posible, evaluar los alumnos, su actitud, comportamiento, actividades, participación, conflictos, etc... e ir registrando los aspectos mas significativos para posteriormente, ir trabajándolos. 
- Será en un primer momento, el guía de la sala hasta que los alumnos se familiaricen con ella. 
- Hará de árbitro y tamiz, de los conflictos que vayan surgiendo, recordando las normas, vigilando que se cumplan y amonestando al que no lo haga. Si surgen disputas propondrá juegos de transformación para que se libere la tensión de forma ajustada. 
- Es muy importante que el psicomocitrista y los tutores de los alumnos estén coordinados y que trabajen en equipo.

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