sábado, 24 de noviembre de 2012

El papel del psicomotricista


      Como ya explicamos en anteriores entradas de este blog, una sesión de Práctica Psicomotriz Aucouturier Educativa es un itinerario de maduración que permite al niño hacer un recorrido por la historia de la formación del pensamiento: del placer de sentir, al placer de pensar. La Práctica Psicomotriz Educativa se desarrolla en nuestra sala de psicomotricidad con un unos materiales específicos y una organización espacial y temporal concretas como ya hemos explicamos en otras entradas. Hoy explicaremos cual es el papel y la labor que yo desarrollo como maestro y psicomotricista en las sesiones semanales que desarrollamos con vuestros hijos
   Sí vieramos una sesión de psicomotricidad en vivo, puede parecer a simple vista que el rol del psicomotricista no tiene mayores implicaciones. Sin embargo si observamos detalladamente vemos la complejidad de este trabajo. Tiene que estar presente, acompañando, empatizando, sosteniendo y haciendo evolucionar situaciones vividas por los niños.
       La manera de ser y hacer de un psicomotricista está muy cuidada, pensada y estudiada. A pesar de que cada uno nos mostramos en la sala según nuestra propia individualidad y estilo propio, todos los psicomotricistas hemos integrado un sistema de acción y de actitud específico que ha de ajustarse a las demandas y necesidades de los niños.
     Debemos creer en la persona, ver al niño como es, empatizar tomando distancia para ajustarse adecuadamente a sus acciones. El niño muestra una historia de relación con sus momentos de placer y displacer y entrega lo que es gracias al entorno segurizante, el dispositivo espacio temporal y la profesionalidad del psicomotricista que brinda este entorno.
El papel que desempeñamos es fundamental en el desarrollo de la práctica, porque acompaña el juego del niño interactuando sin invadir. Debe ser una actitud de acogida empática que ayude a evolucionar al niño basándose en su expresividad motriz y a partir de esa observación obtener información para elaborar una pauta de actuación. Nosotros, como psicomotricistas debemos respetar, acoger, escuchar y comprender al niño sin fusionarse con él para poder proporcionar un sostén emocional ajustado a cada situación y momento.
      Nuestro sistema de acción se basa en la mirada periférica (teniendo a la vista a todos y cada uno de los componentes del grupo), que garantiza la seguridad afectiva y física  de todos los niños favoreciendo que se expresen en libertad. Como dinamizadores de grupos, además, debemos ayudar a resolver conflictos por medio del diálogo. Con firmeza cuando sea necesario, porque el niño también necesita el limite para crecer y construirse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario